Es
un momento en el que estás aburrido, cansado, solo, no te apetece hacer
nada, pero simplemente piensas en un presente duro, un pasado extraño y un
futuro ignorado y es en ese instante cuando como un pensamiento más, te llega
la inspiración.
El tiempo se para.
Y entonces, solo necesitas un
lápiz y un papel, un silencio sepulcral, una taza de café y una papelera que
llenar. Y empiezas a crear ese mundo mágico, perfecto, especial. Un mundo del
que tú eres el dueño.
Y cuando ves que la historia
que escriben tus sentidos, te gusta, piensas en que alguien lo podrá leer y
deseas que cuando eso ocurra le guste y entonces recuerdas aquellas novelas que
tú has leído y mientras tanto, llegan más y más ideas, te brillan los ojos y
deseas que alguien sueñe con esos papeles, como tu has soñado con otros.
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